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Son los cálculos del propio Pacheco, quien insistió ayer tras la reunión del consejo de gestión de la GMU en que el inicio de los trabajos es «cuestión de días». Incluso se aventuró a vaticinar que la plaza del Arenal estará de nuevo libre de operarios y maquinaria «antes de la época de compras» masivas en el centro, con motivo de las fiestas navideñas. Sobre las críticas recibidas, Pacheco no tuvo reparo en comentar que «no quieren reconocer que están encantados, boquiabiertos». Y, evitando admitir cualquier error en la remodelación de la plaza, justificó los próximos cambios en que «el proyecto se diseñó hace dos años y pico, y ahora no es útil. Vivimos en continuos cambios -reiteró-, no hay nada inmutable». Es más, vaticinó que todos los detractores de la remodelación del Arenal, los mismos que ahora critican las nuevas obras, acabarán «abrazando el proyecto». Incluso destacó que los jardines desaparecidos «los puse yo, y todos estaban locos de contentos». Así las cosas, espera que la historia se repita y reiteró que la reforma de la plaza planteada, y sufragada por la empresa constructora el aparcamiento subterráneo (Azvi), «era un proyecto válido hace dos años, pero ahora no lo es». Sobre por qué no se tuvieron en cuenta esos cambios antes de que culminarán, hace sólo unos meses, las obras en el Arenal, Pedro Pacheco no aportó detalles. Y en relación a los elementos ornamentales anunciados para la plaza, el delegado de Urbanismo indicó que las esculturas «están encargadas», porque los diseños solicitados -unos hombres charlando y una pareja bailando- no estaban disponibles. Tampoco fue muy concreto sobre las grandes iniciativas hosteleras anunciadas para realzar este céntrico enclave, más allá de la revisión, todavía en marcha, de las ordenanzas municipales para la instalación de veladores. Pedro Pacheco prefirió mirar al futuro, cuando Urbanismo se mude a San Agustín y el edificio que ocupa actualmente la Gerencia se convertirá «en un icono» para la plaza del Arenal.