[ Ampliar noticia | Pon un comentario | Enviar a la papelera ]

Tenía ganas de hablar, así que me dispuse a hacerle algunas preguntas. Se me ocurrió confesarle que soy periodista en paro y que mi idea era hacer un pequeñito estudio sobre la plaza. Y así, casi sin darme cuenta, me vi. pronto escuchando sus historias. El lleva más de 20 años trabajando ahí. Es el único en la tienda, y dice que hoy en día son pocos los puestos que tienen más de un empleado. O al menos eso es lo que recuerdo que me dijo. Según él, antes de poner en la ciudad “tantas grandes superficies� las cosas iban mejor para su gremio: “están hundiendo al pequeño comercio�, dijo con voz dolorida. Aún así, la dignidad que le queda como trabajador le permite defender lo suyo, o al menos así parece cuando mantiene que “el secreto y el “éxito� de los más de 100 puestos se encuentra en la especialización y en el trato personalizado. “Lo único es que no podemos competir con los precios de las grandes superficies�, apostilla. Y para ello pone un ejemplo muy ilustrativo: “¿quién compite con los precios de Ikea (internacional cadena sueca de muebles)? ¿Es eso crear empleo? Yo pienso más bien que lo que van a conseguir es destruir al sector del mueble�. Según comentó, tanto él como el resto de colegas gozan de una clientela fiel, “sólo que el cambio de línea de Bus ha beneficiado a pocos y perjudicado a muchos�, opina. Y es que por lo visto antiguamente (o hace unos años) venía al mercado gente de las barriadas, y en cambio hoy solo lo hacen desde el casco antiguo o distrito centro. Le pregunté también por el perfil de sus clientes: “mayores y no tan mayores�, aseguró. Y fue así como terminamos la charla. Le deseé suerte porque aún le quedaban horas para llegar a las 15.00 y poder vender sus muslos, alitas de pollo y filetes de pechuga a 6.50 euros el kilo. Recuerdo la mañana de ayer y ya me veo: continúo con mi paseo por el Mercado y llego a la pescadería. Silencio. Agua. Solo un hombre negro trabaja a esas horas; lo encuentro rodeado de cajas de pescado fresco. Me mira. Le miro. Sigo. Entonces llega la parte de la fruta y la verdura. Cargadores de rutina escuchan la radio. También ellos me miran. Extrañados de verme apuntar, espiar…oler crisis. Salgo fuera. Cantan pajarillos. Crece la luz. Adormecido permanece el gentío. No debe andar demasiado lejos.